miércoles, 28 de enero de 2009

Melodías

Los primeros acordes, indecisos. Dos melodías que se encuentran. Dos intérpretes que se tantean. Se miran, se retan. Miradas cruzadas, en búsqueda de sintonía. Aumenta la confianza, y, entrelazadas, ambas melodías avanzan hacia un horizonte en el que los nubarrones ceden su lugar a un cielo de rabioso azul, iluminado por los rayos del sol. Y las notas, juguetonas, empiezan a desfilar, a toda velocidad, brincando sobre las líneas de pentagramas que surgen de la nada; y se materializan en un aire en el que el humo de los cigarros traza paisajes imposibles. Un público invisible asiste imperturbable a la gestación. El milagro de la belleza, del compás, del ritmo, de la sangre que los corazones bombean para insuflar de ilusión las almas descarriadas.