miércoles, 10 de septiembre de 2008

Galimatías (a flor de piel)

Dicen que tiempo y cambio
son las dos caras
de la misma moneda.

Que uno no es, sin el otro.

Tiempo que cambia miradas,
más amplias, más ciegas,
aleja y acerca,
sin medida.

Pero no hemos de olvidar
que nada pasa
por casualidad.

Decía el griego aquel
que no es posible
sumergirse dos veces
en las mismas aguas.

Y bien está, cambiar.
Sorprender, sorprenderse
Aprender, aprenderse
Descubrir, descubrirse
Reencontrar, reencontrarse
Sentir, sentirse.

Lo que no cambio es mi piel. No esta vez. No más pieles nuevas.

Dejo que se quede.
Que se curta.
Y que recuerde.
Porque la piel recuerda.

Sumergirse uno de nuevo
en la misma piel.
Y reflejarse en el azul
para estar de nuevo en casa.

1 comentario:

ababoll dijo...

Pero si tenemos un blog niño albino.....