miércoles, 3 de diciembre de 2008

Lo que el viento amontonó (I)

Hay quienes se dejan arrastrar por el viento; y, al capricho de Eolo, viajan y se retuercen hasta que, finalmente, y sin propio alvedrío, terminan amontonados, soportando mutuamente el peso de sus almas.

Pero también hay quienes sortean las corrientes, evitando escollos, y eligiendo libremente la compañía para su viaje.

Yo elijo. Tu compañía.

1 comentario:

Xocas dijo...

Vale, pero mira pra onde tiras os avións, que xa é o segundo que aterriza na miña cerveza.

(sen pretender ser prosaico, ollo...)

Abrazos, mariñeiro.