jueves, 16 de octubre de 2008

Gracias



Se sintieron palos, presiones y algun que otro desprecio.
Y a veces, lo que impide que tu puzzle se desarme es el consuelo de contar una voz amiga.
Que te ayude a no olvidar que todo es relativo, y que el amor propio es lo único que no puedes perder.
Por todo ello, mil gracias, Ana. Si tú quieres, nos quedan muchos cafés por compartir.
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